La Peregrina, un viaje fascinante.
Hoy vengo a contaros una extraordinaria y rocambolesca historia, que bien podría estar sacada de un libro de aventuras. Pero que en este caso está protagonizada por una perla, pero no una perla cualquiera, sino una única en el mundo tanto por su forma singular y su hermosura, como por la maravillosa historia de la que es protagonista.
Se trata de la conocida como la perla Peregrina, que ha sido lucida por ocho generaciones de monarcas españoles, expoliada y siglos más tarde exhibida por una de las grandes divas de Hollywood.
"La reina Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II" (detalle), Bartolomé González. Museo Nacional del Prado. La reina lleva la Peregrina prendiendo de un broche.
Hoy en día todos sabemos que el diamante es la pieza más valorada y cotizada dentro del mundo de la joyería, símbolo de poder y prestigio en la sociedad actual.
Sin embargo, esto no siempre fue así, en los XV, XVI y XVII, la reina por excelencia de las piedras preciosas fue la perla, muy por encima de gemas como los diamantes, los rubíes o los zafiros.
Joan DeJean afirma en su libro "La esencia del estilo", que ya en tratados renacentistas sobre gemología, la perla era la gema más apreciada y valorada.
Fue tal el gusto por las perlas durante los siglos XV y XVI, que estas llegaron a convertirse en un verdadero símbolo de la época.
El gusto por las perlas durante este periodo se ve muy bien reflejado en los retratos de corte, que se hacían los nobles y cortesanos de toda Europa. Si bien, esto es aún más evidente en el caso de los retratos de las damas, las cuales se hacían retratar exhibiendo sus mejores conjuntos que estaban abundantemente bordados y engalanados por perlas.
"Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV" Anónimo. Museo Nacional del Prado. La reina porta en el pecho el Joyel Rico de los Austrias, compuesto por el diamante "El Estanque" y la Peregrina.
"Felipe III, retrato ecuestre" (detalle). Diego Velázquez. El monarca porta la Peregrina, esta vez separada del broche, prendida de su sobrero.
Conocemos el gusto y admiración por las perlas ya desde el reinado de los Reyes Católicos, quienes tenían como principal interés comercial las perlas, por encima del oro, la plata u otras riquezas. Y así se lo hicieron saber a Cristóbal Colón, quien no dio con estas preciadas gemas hasta su tercer viaje a América.
Fue en 1498, cuando Colón descubrió los criaderos de ostras en el Golfo de Paria, en la actual Venezuela. Este fortuito hallazgo supuso un éxito para la Corona española, y dio inicio a un periodo de gran demanda de perlas en Europa. Estas inundaron el mercado europeo, sobretodo durante el siglo XVI, época de mayor apogeo de estas gemas.
Esta pasión por las perlas durante los siglo XV, XVI e incluso XVII, queda reflejada en la historia a la que está dedicado este post.
La protagonista de esta historia, la Peregrina es una perla única por su color, su brillo y su excepcional forma de lágrima. Características que hacen de ella una de las perlas naturales más fascinantes del mundo, y una de las gemas más valiosas y legendarias de la historia de Europa.
Su nombre puede llevar a equívoco, pues la Peregrina no debe su nombre a su periplo alrededor del planeta, sino al apodo que recibe por su singular forma. Ya que una de las acepciones del adjetivo peregrino/a es raro, singular, caprichoso o especial.
La particular historia de esta perla, tiene sus inicios en el año 1515, cuando fue hallada por un esclavo africano en el fondo del mar, en la isla de Margarita (Venezuela). Según los cronistas de la época, la perla pesaba 58,5 quilates y tenía una singular forma de lágrima, muy valorada por su belleza y escasez.
La perla se trajo a España décadas después de su descubrimiento, en 1580 y fue regalada al rey Felipe II, convirtiéndose en objeto de deseo de la realeza de toda Europa.
Felipe II creó con ella el Joyel Rico de los Austrias, una alhaja compuesta por la Peregrina, que prendía de un broche decorado por un hermoso diamante azul apodado "El Estanque".
Esta pieza fue lucida por las sucesivas reinas que fueron ocupando el trono español, convirtiéndose en una de las joyas más importantes del tesoro Real español.
"Margarita de Austria, reina de España", Bartolomé González. Museo Nacional del Prado. La reina luce en su pecho el Joyel Rico de los Austrias, compuesto por el diamante "El Estanque" y la perla Peregrina, que puede apreciarse con gran detalle en esta obra.
La relevancia que llegó a tener esta singular perla dentro de la Casa Real española, queda reflejada en el gran número de veces que fue pintada. Todas las reinas de España, de entre los siglos XVI y XVIII, fueron retratadas luciendo esta fascinante pieza. Esta joya acompañó a ocho generaciones de monarcas en sus retratos de Corte, muchos de estos retratos podemos encontrarlos hoy en día en la colección del Museo del Prado.
"María Luisa de Orleans, reina de España", José García Hidalgo. Museo Nacional de Prado. La reina luce en este retrato la perla Peregrina, que forma parte del Joyel Rico de los Austrias.
"Margarita de Austria", Juan Pantoja de la Cruz. Museo de Bellas de Asturias.
La Peregrina permaneció en España hasta el año 1808, cuando José Bonaparte saqueó las joyas de la Corona española y deshizo el Joyel Rico de los Austrias, regalando la Peregrina a su esposa Julia Clary, que residía en Paris.
Años más tarde el matrimonio se separó y Bonaparte se trasladó a Estados Unidos, llevandose consigo la famosa perla.
Cuando Bonaparte regresó a Europa, dejó en su testamento la perla Peregrina al futuro Napoleón III, quien la vendió hacia 1848 por problemas económicos. El comprador fue el marqués de Abercorn.
"Ana de Austria" (detalle), Alonso Sánchez Coello. Primer plano de la reina en el que aparece luciendo el Joyel Rico de los Austrias.
Años más tarde, la familia Abercorn vendió la Peregrina a unos joyeros londinenses y tras eso pasó por manos de diversos coleccionistas.
Sabemos que hacia 1914, el rey Alfonso XIII estuvo interesado en adquirir la perla, con la intención de regalársela a su esposa Victoria Eugenia de Battenberg y así recuperar una joya vinculada históricamente con la Corona española. Sin embargo, no se llegó a ningún acuerdo con el precio de la joya y finalmente pasó a manos de Henry Huntingdon.
La Peregrina no aparecería hasta la década de los 60 del siglo XX, en el escote de la actriz Elizabeth Taylor. La había adquirido Richard Burton por 37.000 dólares en una subasta celebrada en 1969 en Nueva York, y se la había regalado a la bella actriz con motivo de su 37 cumpleaños.
Collar de rubíes y diamantes del que pende la perla Peregrina, diseñado especialmente para ello por Cartier.
Liz Taylor incorporó la perla Peregrina a un maravilloso collar de rubíes y diamantes, diseñado por la firma Cartier, lo que hizo de esta una pieza de valor incalculable.
La famosa actriz lució la Peregrina en numerosas ocasiones, incluso aparece con ella en varias películas, "Ana de los mil días" (1969) y "A Little Night Music" (1977).
Liz Taylor durante el rodaje de "Ana de los mil días" (1969). En la fotografía vemos a la actriz luciendo la perla Peregrina.
Tras el fallecimiento de la actriz, sus joyas fueron subastadas el 13 de Diciembre de 2011 en la casa de subastas Christie's. Y la Peregrina fue adquirida por un comprador anónimo por 9 millones de dólares.
Liz Taylor luciendo el collar de rubíes y diamantes creado por la firma Cartier para lucir la maravillosa perla Peregrina.
Actualmente desconocemos el paradero de la Peregrina. Quien sabe las nuevas aventuras que le esperan a esta fabulosa perla viajera, que ha sido objeto de deseo de reyes, reinas, nobles, miembros de la alta burguesía y famosas actrices de Hollywood. Sólo el tiempo nos lo dirá.
Sara.
Me ha encantado el post Sara!! Me parece increíble por todo lo que ha pasado esta joya! Además también es súper interesante cómo la van añadiendo a otras joyas y cómo va cambiado de forma según la mujer que la lleva. Es una pasada poder saber qué personas la han llevado desde principios del siglo XVI hasta la mismísima Elizabeth Taylor! Un abrazo!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Lara!! Para mi ha sido muy interesante ir conociendo e investigando la agitada historia que ha vivido esta joya desde su descubrimiento en el siglo XVI y hasta la actualidad. Y como tu dices, me pareció muy interesante dedicar a esta perla "viajera" una entrada del blog, ya que ha estado presente en los retratos de corte de ocho generaciones de monarcas españoles, y es verdaderamente interesante ver como cada persona que tenía la oportunidad de retratarse con ella la lucía de una manera diferente. Un abrazo!!
EliminarMe ha encantado Sara!!! sin duda es realmente sorprendente como una pieza tan minúscula, ha podido generar tal revuelo y haya sido objeto de deseo durante siglos. Sin duda Elizabeth Taylor fue una gran afortunada al poder tener en sus manos una pieza tan valiosa y digna de monarcas. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Nerea!! La verdad es que a mi también me ha resultado fascinante ver como una pequeña pieza de joyería ha podido levantar tantas pasiones e intrigas a lo largo todos estos siglos de historia. Un beso!!
EliminarMe ha encantado el post Sara. Es increíble cómo podemos llegar a saber la historia de una joya a través de los cuadros o incluso del cine si nos fijamos en esos detalles. Un abrazo!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias Andrea! Sin duda, a veces los pequeños detalles albergan grandes historias detrás. Un beso
Eliminar¡Vaya Odisea a pasado la joya!, es increíble lo que ha influido en otras y como personajes ilustres han deseado llevarla, incluso en el siglo pasado. Un abrazo!
ResponderEliminarQue vida mas interesante a vivido esta espectacular joya, me parece un acierto la forma de tratar esta temática que en principio no me llama mucho la atención.
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